Cuando la presión intrapulmonar aumenta por encima de la atmosférica, el aire sale de los pulmones. Esto se debe a que el gradiente de presión entre los pulmones y la atmósfera se invierte, lo que hace que el aire se mueva desde el área de alta presión (los pulmones) al área de baja presión (la atmósfera). Esto es lo que sucede cuando exhalamos.