El agua mantiene la hidratación de las mucosas del tracto respiratorio. La hidratación ayuda a que los cilios (pelos diminutos que ayudan a expulsar objetos extraños) batan de manera eficiente y ayuda a expulsar objetos extraños como partículas de humo que han quedado atrapadas con la ayuda de la mucosidad en las secreciones nasales, esputo/flema.