Artritis reumatoide y accidente cerebrovascular:¿cuál es el vínculo?
La artritis reumatoide (AR) es una afección autoinmune crónica que afecta las articulaciones y causa inflamación, dolor, rigidez e hinchazón. La AR es simétrica, lo que significa que afecta a ambos lados del cuerpo y también puede afectar a otros órganos como la piel, los ojos, los pulmones y los vasos sanguíneos.
¿Qué es un accidente cerebrovascular?
Un derrame cerebral es una pérdida repentina de la función cerebral resultante de una interrupción en el suministro de sangre al cerebro. Los accidentes cerebrovasculares son causados por una obstrucción en una arteria que va al cerebro (accidente cerebrovascular isquémico) o por la ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro (accidente cerebrovascular hemorrágico).
El vínculo entre la AR y el accidente cerebrovascular
Las investigaciones sugieren que las personas con AR tienen un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular en comparación con la población general. Se cree que este mayor riesgo se debe a varios factores:
1. Inflamación: La AR se caracteriza por una inflamación crónica, que puede dañar el revestimiento de los vasos sanguíneos, lo que aumenta la probabilidad de que se formen placas que causen obstrucciones.
2. Desregulación autoinmune: La AR implica una respuesta inmune hiperactiva, que puede contribuir a la inflamación y al daño de los vasos sanguíneos.
3. Factores de riesgo compartidos: Ciertos factores de riesgo de AR y accidente cerebrovascular se superponen. Por ejemplo, la edad avanzada, la presión arterial alta, el colesterol alto, la diabetes y el tabaquismo pueden aumentar el riesgo de ambas afecciones.
Gestión del riesgo de accidente cerebrovascular en la AR
Si bien existe un vínculo entre la AR y el accidente cerebrovascular, se pueden tomar varias medidas para controlar el riesgo y reducir la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular:
1. Control de enfermedades: Controlar eficazmente los síntomas y la inflamación de la AR es crucial para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. Esto se puede lograr mediante medicamentos como fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME), productos biológicos y corticosteroides, según lo prescrito por un reumatólogo.
2. Manejo de los factores de riesgo cardiovascular: Abordar y controlar otros factores de riesgo de accidente cerebrovascular, como la presión arterial alta, el colesterol alto y la diabetes. El seguimiento y el tratamiento periódicos por parte de un profesional sanitario son esenciales.
3. Ejercicio regular: Realice actividad física con regularidad, según lo recomiende un proveedor de atención médica. El ejercicio puede mejorar la salud general, controlar el peso, reducir la presión arterial y potencialmente reducir el riesgo de accidente cerebrovascular.
4. Estilo de vida saludable: Mantenga una dieta equilibrada, evite el consumo excesivo de alcohol y deje de fumar. Estas prácticas contribuyen al bienestar general y reducen el riesgo de complicaciones cardiovasculares, incluido el accidente cerebrovascular.
Trabajar con su equipo de atención médica
Si tiene artritis reumatoide, es importante analizar su riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y las estrategias de prevención de este con sus proveedores de atención médica, incluidos su reumatólogo y su médico de atención primaria. Pueden evaluar sus factores de riesgo individuales, brindar orientación y recomendar estrategias de manejo adecuadas para ayudar a reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.