¿Cómo afecta la artritis reumatoide a los ojos?

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune crónica que afecta principalmente a las articulaciones y provoca inflamación y dolor. Si bien afecta principalmente a las articulaciones, la AR también puede afectar otras partes del cuerpo, incluidos los ojos. A continuación se detallan algunas formas en que la artritis reumatoide puede afectar los ojos:

1. Ojos secos (queratoconjuntivitis seca): La AR puede provocar una disminución de la producción de lágrimas, lo que provoca sequedad en los ojos. Esta sequedad puede causar malestar, irritación y visión borrosa.

2. Escleritis: La escleritis es una inflamación de la esclerótica, la capa exterior blanca del ojo. Los pacientes con AR son más propensos a desarrollar escleritis, que puede causar dolor, enrojecimiento e hinchazón en el ojo afectado.

3. Episcleritis: La epiescleritis es una inflamación menos grave de la epiesclerótica, la fina capa que cubre la esclerótica. Puede ocurrir en personas con AR y, a menudo, aparece como una mancha rosada o roja en la parte blanca del ojo.

4. Úlceras corneales: La artritis reumatoide puede aumentar el riesgo de úlceras corneales, que son llagas abiertas en la córnea (la parte frontal transparente del ojo). Las úlceras corneales pueden ser dolorosas y provocar problemas de visión si no se tratan a tiempo.

5. Vasculitis retiniana: En casos raros, la AR puede provocar vasculitis retiniana, una inflamación de los vasos sanguíneos de la retina (el tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo). La vasculitis retiniana puede causar moscas volantes, visión borrosa y pérdida de la visión.

6. Cataratas: La AR se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar cataratas, que son una opacidad del cristalino natural del ojo. Las cataratas pueden provocar visión borrosa, deslumbramiento y dificultad para ver de noche.

7. Glaucoma: Los pacientes con AR pueden tener un mayor riesgo de desarrollar glaucoma, un grupo de afecciones oculares que dañan el nervio óptico. El glaucoma puede provocar pérdida de la visión periférica y, si no se trata, puede provocar ceguera.

Es importante que las personas con artritis reumatoide sean conscientes de estas posibles complicaciones oculares y se sometan a exámenes oculares periódicos con un oftalmólogo u optometrista. La detección y el tratamiento tempranos de cualquier problema ocular pueden ayudar a proteger y preservar la visión.