Por qué no deberías rascarte la dermatitis atópica

La dermatitis atópica (DA), también conocida como eccema, es una afección cutánea crónica que provoca sequedad, picazón e inflamación de la piel. Rascarse es una respuesta natural a la picazón, pero puede empeorar los síntomas de la EA y provocar complicaciones.

Aquí hay algunas razones por las que no debes rascarte la dermatitis atópica:

1. Rascarse puede dañar la piel. Cuando te rascas la piel, puedes romper la barrera cutánea, lo que permite que las bacterias y otras sustancias nocivas entren al cuerpo. Esto puede provocar infección y mayor inflamación.

2. Rascarse puede propagar el sarpullido. Cuando te rascas, puedes transferir el sarpullido a otras partes de tu cuerpo. Esto puede hacer que su EA empeore y sea más difícil de tratar.

3. Rascarse puede provocar cicatrices. Si se rasca la AD con frecuencia, pueden aparecer cicatrices. Las cicatrices pueden ser permanentes y desfigurantes.

4. Rascarse puede hacer que su AD le pique aún más. Cuando te rascas, tu cuerpo libera histamina, una sustancia química que causa picazón. Entonces, cuanto más te rascas, más te pica la piel.

En lugar de rascarse la AD, pruebe estos consejos de autoayuda para aliviar la picazón y controlar los síntomas:

1. Aplica una compresa fría: Una compresa fría puede ayudar a reducir la hinchazón y la picazón.

2. Toma un baño de avena: La avena tiene propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a calmar la piel.

3. Hidrata tu piel regularmente :Mantener la piel hidratada puede ayudar a reducir la sequedad y la picazón.

4. Utilice medicamentos contra la picazón :Hay una variedad de medicamentos contra la picazón disponibles sin receta y recetados que pueden ayudar a aliviar la picazón.

5. Evite los desencadenantes: Ciertos desencadenantes, como el estrés, ciertos alimentos y alérgenos, pueden empeorar los síntomas de la EA. Evitar los desencadenantes puede ayudar a controlar su afección.

Si no puede controlar los síntomas de la EA con medidas de autoayuda, debe consultar a un médico o dermatólogo. Pueden proporcionarle medicamentos y otros tratamientos para ayudar a curar su EA y prevenir futuros brotes.