Es posible que remojar los dedos en agua tibia no elimine eficazmente el esmalte de uñas de la piel. Los quitaesmaltes a base de acetona o productos específicos como los "lápices quitaesmaltes" que están diseñados para quitar el esmalte de las cutículas y la piel circundante suelen ser los mejores métodos. El agua tibia por sí sola no tiene poder suficiente para disolver y enjuagar adecuadamente los residuos de esmalte de uñas rebeldes de la piel.