Si traga pus de una herida infectada, no es probable que le cause ningún problema grave. Esto se debe a que el ácido del estómago matará la mayoría de las bacterias. Sin embargo, en casos raros, tragar pus puede provocar una infección del sistema digestivo, como una gastroenteritis. Esto puede causar síntomas como náuseas, vómitos y dolor abdominal. Tragar pus podría potencialmente transportar bacterias a los pulmones y causar neumonía por aspiración, una infección pulmonar grave.
Además, tragar pus puede liberar toxinas al torrente sanguíneo, lo que podría provocar una infección sistémica o sepsis. Si tiene una herida infectada, es importante buscar atención médica para evitar posibles complicaciones. El líquido infectado no debe tragarse y la herida debe limpiarse y vendarse adecuadamente para evitar una mayor contaminación y garantizar la curación.