Es importante consultar con un profesional de la salud si experimenta secreción verdosa después del parto, especialmente si está asociada con otros síntomas como fiebre, dolor u olor inusual. La secreción verdosa a veces puede ser un signo de una infección u otra afección de salud subyacente que puede requerir tratamiento. Su médico puede realizar pruebas, como un examen pélvico o un cultivo de la secreción, para determinar la causa de la secreción y brindar el tratamiento adecuado si es necesario.