El plazo exacto en el que la rabia se vuelve contagiosa puede variar según el caso específico y la cepa del virus de la rabia. Sin embargo, en términos generales, el virus no se considera contagioso durante el período de incubación, que puede variar desde unos pocos días hasta varios meses. Durante este tiempo, el virus se replica y se propaga dentro del sistema nervioso del huésped, pero aún no ha llegado a las glándulas salivales ni a otras partes del cuerpo desde donde puede transmitirse a otras personas. La rabia normalmente se transmite a través de la saliva de un animal infectado, por lo que no se considera contagiosa hasta que el virus está presente en la saliva. Una vez que el virus llega a las glándulas salivales y el huésped comienza a eliminarlo en la saliva, se considera contagioso y puede transmitir el virus a otras personas a través de mordeduras o contacto con heridas abiertas o membranas mucosas.