Por lo general, ponerse frenillos no duele. Sin embargo, es posible que experimente una leve molestia o presión mientras el ortodoncista ajusta los alambres y los brackets durante la colocación inicial de los brackets y los ajustes posteriores. Este malestar suele desaparecer en unos pocos días y los analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno (Advil) o el paracetamol (Tylenol), pueden ayudar a controlar cualquier malestar. Algunas personas también pueden experimentar dolor o irritación temporal en la boca, que generalmente se resuelve con el tiempo. En general, el proceso de ortodoncia para colocar aparatos ortopédicos implica ajustes graduales a lo largo del tiempo y cualquier molestia asociada suele ser manejable.