¿Importa si usas champú normal para limpiar tus brochas?
1. Propiedades limpiadoras :El champú regular está diseñado para limpiar el cabello eliminando la suciedad, la grasa y la acumulación de productos. Contiene tensioactivos, que son agentes limpiadores que ayudan a descomponer y eliminar las impurezas del cabello. Estas mismas propiedades limpiadoras funcionan bien para limpiar las brochas de maquillaje.
2. Fórmula suave :La mayoría de los champús habituales están formulados para ser suaves con el cabello y el cuero cabelludo, lo que los hace adecuados para su uso en delicadas brochas de maquillaje. Por lo general, tienen un equilibrio de pH cercano al neutro, lo que ayuda a prevenir daños a las fibras del cepillo.
3. Comodidad de enjuague :El champú normal es fácil de enjuagar, lo que garantiza que no queden residuos en las brochas. Esto ayuda a mantener la calidad de tus brochas y evita que la acumulación de maquillaje afecte su rendimiento.
4. Rentabilidad :El champú normal suele ser más asequible que los limpiadores de brochas especializados, lo que lo convierte en una opción rentable para limpiar las brochas.
Aquí tienes una guía sencilla sobre cómo limpiar tus brochas de maquillaje con un champú normal:
1. Moja tus pinceles :Humedece las cerdas de tus pinceles con agua tibia. Evite remojar todo el cepillo para evitar que el agua dañe el pegamento que sujeta las cerdas en su lugar.
2. Aplicar champú :Dispense una pequeña cantidad de champú normal en la palma de su mano o en una almohadilla limpiadora.
3. Masajea suavemente las cerdas :Utilice los dedos o una almohadilla limpiadora para masajear suavemente las cerdas del champú. Trabaja desde la base hasta la punta del pincel.
4. Enjuague bien :Enjuague las brochas con agua tibia hasta que se elimine todo el champú y el agua salga limpia.
5. Remodelar y secar :remodele suavemente el cabezal del cepillo para devolverle su forma original. Coloque los cepillos sobre una toalla limpia y seca para que se sequen al aire.
Recuerda limpiar tus brochas de maquillaje con regularidad, idealmente una vez por semana o cada dos semanas, para mantenerlas en buen estado y evitar la acumulación de bacterias.