¿Cómo se transfirió la peste negra?

La peste negra, causada por la bacteria Yersinia pestis, se transmitía principalmente a través de las picaduras de pulgas infectadas que vivían en ratas negras. Estas pulgas se alimentarían de una rata infectada, ingerirían la bacteria y luego la transmitirían a los humanos cuando se alimentaran de ella. Este método de transmisión se conoce como transmisión vectorial.

Cuando una pulga infectada pica a un ser humano, la bacteria ingresa al cuerpo de la persona y causa una infección. Los síntomas de la peste negra podían aparecer entre unos días y unas semanas después de la picadura e incluían fiebre, escalofríos, inflamación de los ganglios linfáticos (conocidos como bubones), vómitos, diarrea y decoloración de la piel. Sin el tratamiento adecuado, la infección podría volverse mortal rápidamente.

Si bien las picaduras de pulgas eran el principal medio de transmisión, la peste negra también podía transmitirse mediante el contacto directo con los fluidos corporales de una persona infectada, como sangre, pus o saliva. Este tipo de transmisión se produjo con menos frecuencia, pero aun así contribuyó a la propagación de la enfermedad.

Además, los objetos o superficies contaminados también podrían transmitir la bacteria. Por ejemplo, si una persona infectada tocó un objeto y otra persona luego tocó ese mismo objeto, podría infectarse si las bacterias se transfirieran a su piel.

En general, la combinación de picaduras de pulgas, el contacto directo con personas infectadas y el contacto con objetos contaminados facilitó la transmisión rápida y generalizada de la peste negra durante la pandemia.