El resultado de Planned Parenthood v. Casey fue una decisión histórica de la Corte Suprema de los Estados Unidos que confirmó el derecho constitucional al aborto, al tiempo que creó una nueva prueba para la constitucionalidad de las leyes sobre el aborto. La decisión esencialmente reafirmó Roe v. Wade, pero también permitió que los estados impusieran algunas restricciones al aborto, siempre que no representaran una "carga indebida" para las mujeres que buscaban un aborto.