¿Cómo se diagnostica una muerte fetal?

La muerte fetal es la pérdida de un embarazo después de las 20 semanas de gestación o después de que el feto haya alcanzado un peso de 500 gramos (1 libra). La muerte fetal se puede diagnosticar mediante una variedad de métodos, que incluyen:

- Ultrasonido: Una ecografía es un procedimiento indoloro que utiliza ondas sonoras para crear imágenes del feto. Si una ecografía muestra que el feto no tiene latidos ni movimiento, se declarará muerte fetal.

- Fetoscopio: Un fetoscopio es un tubo delgado con una luz y una cámara en el extremo que se inserta en el útero. Se puede utilizar un fetoscopio para observar directamente al feto y comprobar si hay signos de vida.

- Análisis de sangre: Los análisis de sangre se pueden utilizar para medir los niveles de hormonas producidas por la placenta. Si los niveles de estas hormonas son bajos, puede ser un signo de muerte fetal.

- Examen físico: Un examen físico del abdomen de la madre puede revelar signos de muerte fetal, como falta de movimiento fetal o disminución del tamaño del útero.

En la mayoría de los casos, la muerte fetal se diagnostica basándose en los resultados de una ecografía y un examen físico. Si hay alguna duda sobre si se ha producido una muerte fetal, se pueden solicitar pruebas adicionales, como un fetoscopio o análisis de sangre.