Lo más temprano que se ha registrado un nacimiento vivo es de 21 semanas y 5 días, lo que ocurrió en Alemania en 1936. La bebé, llamada Emilia Imgart, nació prematuramente debido a complicaciones y pesó sólo 226 gramos (8 onzas) al nacer. Ella sobrevivió y vivió una vida normal.