El mal olor durante el embarazo no suele ser un problema y suele ser causado por cambios en los niveles hormonales, que pueden afectar el sentido del olfato. Sin embargo, ciertos olores desagradables pueden indicar condiciones médicas subyacentes que requieren atención. Por ejemplo, un flujo vaginal maloliente podría ser un signo de una infección bacteriana, una infección del tracto urinario u otros problemas ginecológicos. El mal aliento persistente puede ser indicativo de problemas dentales o ciertas afecciones médicas como infecciones de los senos nasales o reflujo gastroesofágico. Si le preocupan los olores inusuales durante el embarazo, es recomendable hablar con su proveedor de atención médica para una evaluación y orientación adecuadas.