Una prueba de embarazo detecta la presencia de gonadotropina coriónica humana (hCG), una hormona producida por la placenta en desarrollo. Los niveles de hCG normalmente comienzan a aumentar aproximadamente 6 días después de la concepción y se duplican cada 48 a 72 horas. Sin embargo, es posible que los niveles de hCG permanezcan elevados durante varias semanas después de un aborto espontáneo o la pérdida del embarazo. Esto puede hacer que una prueba de embarazo dé positivo incluso si acaba de tener un período abundante.
Si ha tenido una regla abundante y le preocupa la posibilidad de quedar embarazada, es importante que hable con su médico. Pueden solicitar un análisis de sangre para medir sus niveles de hCG y determinar si está embarazada.