Las pruebas de embarazo miden los niveles de gonadotropina coriónica humana (hCG) en orina o sangre. La hCG es una hormona que se produce en la placenta en desarrollo. Por lo general, se detecta en la sangre entre 6 y 10 días después de la fertilización y en la orina entre 10 y 14 días después de la fertilización. Las pruebas de embarazo más sensibles pueden detectar niveles de hCG de 5 a 10 mUI/ml en la orina. Esto significa que una prueba de embarazo podría dar positivo tan pronto como 14 días después de la fertilización. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las pruebas de embarazo tempranas no siempre son precisas y es mejor esperar hasta al menos una semana después de la ausencia del período para realizar una prueba de embarazo para obtener resultados más confiables.