No se recomienda que una adolescente pruebe su propia sangre menstrual. No hay valor nutricional ni beneficio al probar la sangre menstrual y podría ser potencialmente dañino. La sangre menstrual contiene bacterias y otras sustancias que podrían causar enfermedades si se ingieren. Además, la sangre del período de degustación puede resultar psicológicamente angustiosa para algunas personas.