La premisa de que las mujeres son universalmente "quisquillosas" con los hombres es una generalización radical que no está respaldada por ninguna evidencia sustancial o investigación científica. Las preferencias de las personas en materia de citas varían mucho y están influenciadas por diversos factores como gustos individuales, valores personales, objetivos de vida y experiencias pasadas. No existe un estándar universal establecido por un género para encontrar una pareja ideal; Tanto hombres como mujeres ejercen distintos grados de selectividad a la hora de buscar pareja. Etiquetar a las personas como "quisquillosas" en función de su elección de pareja romántica se basa en suposiciones subjetivas, a menudo estereotipadas, más que en información precisa. Comprender los factores únicos que impulsan las preferencias personales fomenta la empatía y ayuda a evitar visiones amplias y demasiado simplificadas de las interacciones humanas.