Los cosmetólogos generalmente no tienen una edad de jubilación obligatoria y pueden continuar trabajando si lo desean, a menos que lo exija una licencia estatal o políticas de empleo. La jubilación de una cosmetóloga es a menudo una decisión personal influenciada por diversos factores, como las exigencias físicas del trabajo, las preferencias de estilo de vida, la preparación financiera o razones de salud. Algunos pueden continuar trabajando a tiempo parcial para satisfacer intereses personales o mantener interacciones sociales.