Generalmente es legal que un médico ore con un paciente en los Estados Unidos. La Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos protege la libertad de religión, que incluye el libre ejercicio de la religión. Además, la Ley de Estadounidenses con Discapacidades exige que los hospitales y otros entornos de atención médica permitan adaptaciones para la observancia religiosa de empleados y pacientes.