Aproximadamente el 95% de los anestesiólogos en los Estados Unidos están certificados. Esto significa que han completado con éxito un riguroso programa de formación y han demostrado sus conocimientos y habilidades en el campo de la anestesiología. La certificación de la junta es un proceso voluntario, pero es muy respetado y se considera un indicador importante de las calificaciones de un médico.