¿Qué tiene de triste pero cierto?

Lo triste pero cierto es que la vida es finita. Todos nacemos con una cantidad de tiempo limitada y no hay nada que podamos hacer para detener el reloj. A medida que envejecemos, nos volvemos cada vez más conscientes de nuestra propia mortalidad, y ésta puede ser una realidad difícil de aceptar. Sin embargo, es importante recordar que la vida también es preciosa y que debemos aprovechar cada momento al máximo. No debemos dar por sentado nuestro tiempo y no debemos permitir que el miedo a la muerte nos impida vivir nuestra vida al máximo.