¿Qué pasa cuando te despiertas con un grito ahogado?

Cuando te despiertas con un grito ahogado, puede ser señal de varias cosas diferentes. Aquí hay algunas causas posibles:

1. Apnea del sueño :Jadear por aire al despertar puede ser un síntoma de apnea del sueño, una afección en la que la respiración se detiene y comienza repetidamente durante el sueño. Ocurre cuando las vías respiratorias se bloquean o se estrechan, lo que provoca una caída temporal de los niveles de oxígeno.

2. Ataque de pánico :Despertarse con un grito ahogado también puede estar asociado con ataques de pánico. Durante un ataque de pánico, la ansiedad puede provocar una respiración rápida, lo que provoca sensación de asfixia y falta de aire.

3. Afecciones cardíacas :En algunos casos, despertarse con un jadeo puede estar relacionado con ciertas afecciones cardíacas, como insuficiencia cardíaca congestiva o arritmias. Estas condiciones pueden afectar el funcionamiento del corazón y causar dificultad para respirar, especialmente al estar acostado.

4. Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) :El reflujo ácido o ERGE puede hacer que el contenido del estómago regrese al esófago, lo que provoca acidez de estómago y dificultad para respirar. Esta molestia puede despertarlo con un jadeo o sensación de falta de aire.

5. Laringoespasmo :Un laringoespasmo es una contracción repentina e involuntaria de los músculos de la garganta o de las cuerdas vocales. Puede causar una obstrucción temporal de las vías respiratorias, dificultando la respiración. Esto puede provocar que te despiertes con un jadeo o una sensación de ahogo.

6. Otras afecciones respiratorias :Ciertas afecciones respiratorias como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) pueden provocar episodios de dificultad para respirar repentina o sibilancias, lo que hace que te despiertes con un grito ahogado.

Si con frecuencia te despiertas con un jadeo o tienes dificultad para respirar por la noche, es fundamental consultar a un profesional de la salud para una evaluación y diagnóstico adecuados. Pueden determinar la causa subyacente y recomendar el tratamiento adecuado para controlar la afección de forma eficaz.