La polio se puede transmitir de persona a persona a través del contacto con las heces o la saliva de la persona infectada. Las personas son más contagiosas durante la primera semana de la enfermedad, pero a veces pueden transmitir el virus hasta por 3 semanas. El virus ingresa al cuerpo por la boca y se multiplica en la garganta y los intestinos. Luego puede extenderse al sistema nervioso y causar parálisis.
Las personas que se vacunan contra la polio están protegidas de la enfermedad, pero aún pueden portar y transmitir el virus a otras personas. Por eso es importante que todos se vacunen contra la polio, incluso si viven en una zona donde la enfermedad no es común.