La epilepsia no se considera una epidemia. Si bien es una afección relativamente común que afecta aproximadamente al 1% de la población mundial, su incidencia y prevalencia se han mantenido relativamente estables a lo largo del tiempo. Ha habido algunos informes sobre una tendencia creciente en ciertos tipos de epilepsia, como la epilepsia del lóbulo temporal, pero en general, la prevalencia de la epilepsia no ha mostrado un aumento rápido ni un brote que pueda considerarse una epidemia.
Una epidemia generalmente se refiere a un aumento repentino y rápido en la aparición de una enfermedad o condición en un área geográfica o población específica durante un período corto. Aunque la epilepsia puede ocurrir en grupos o ser más prevalente en ciertas regiones, no se propaga ni se transmite entre individuos, y su aparición no está influenciada por factores externos como las enfermedades infecciosas.