¿Qué es la RCP según las directrices de 2010?

Reanimación cardiopulmonar (RCP) Es una técnica de salvamento que se realiza en una persona que ha dejado de respirar o cuyo corazón ha dejado de latir. Es importante iniciar la RCP lo antes posible, ya que las posibilidades de supervivencia disminuyen rápidamente con cada minuto que pasa.

Las pautas de RCP de 2010 recomiendan los siguientes pasos:

1. Compruebe la capacidad de respuesta. Sacude suavemente y grita a la persona:"¿Estás bien?" Si la persona no responde, llame al 911 o al número de emergencia local.

2. Inicie compresiones torácicas.

- Colocar la palma de una mano en el centro del pecho de la persona, entre los pezones.

- Coloca tu otra mano sobre la primera y entrelaza los dedos.

- Realice 30 compresiones torácicas a un ritmo de 100 a 120 por minuto.

- Empuje hacia abajo de 3,8 a 5 centímetros (1,5 a 2 pulgadas) en el pecho y permita que retroceda entre compresiones.

- Evite doblar los codos.

- Mantenga la presión sobre el pecho durante toda la compresión y no levante las manos.

3. Dé respiración boca a boca.

- Después de 30 compresiones torácicas, realice dos respiraciones de rescate.

- Aprieta la nariz de la persona y cúbrele toda la boca con la tuya.

- Dar una inspiración que haga que el pecho se eleve visiblemente.

- Dejar salir el aire antes de dar la siguiente respiración.

4. Continúe con la RCP hasta que llegue la ayuda.

- Continúe ciclos de 30 compresiones torácicas y dos respiraciones boca a boca hasta que llegue la ayuda.

- Si se cansa, haga que otra persona se encargue de las compresiones.

- No deje de realizar la RCP a menos que la persona comience a respirar o que un proveedor de atención médica le indique que lo haga.

5. Utilice un desfibrilador externo automático (DEA) si está disponible.

- Si hay un DEA disponible, enciéndalo y siga las instrucciones de voz para administrar una descarga.

- Continúe la RCP hasta que el DEA esté listo para administrar otra descarga o hasta que llegue ayuda.

Siguiendo estos pasos podrás ayudar a salvar la vida de alguien que ha sufrido un paro cardíaco.