Si bien la ciencia puede proporcionar evidencia empírica y conocimientos sobre diversos fenómenos relacionados con la muerte, como los procesos físicos que ocurren en el cuerpo durante y después de la muerte, no es capaz de probar definitivamente lo que sucede después de la muerte en un sentido metafísico o espiritual. La naturaleza de lo que sucede después de la muerte es a menudo una cuestión de creencia religiosa, filosófica o personal, ya que está más allá del ámbito de la observación y la experimentación científicas.