Cómo hacer las tareas del hogar cuando tienes AR
1. Priorizar :Haga una lista de todas las tareas que deben realizarse y priorícelas según su importancia y dificultad. Comience con las tareas más esenciales y avance gradualmente en la lista.
2. Divida las tareas en pasos más pequeños :Divida las tareas grandes en pasos más pequeños y manejables. Por ejemplo, en lugar de limpiar todo el baño, concéntrate en limpiar una superficie o accesorio a la vez.
3. Establezca objetivos realistas :No intentes hacer demasiado y demasiado pronto. Fíjese objetivos realistas y evite exagerar. Si empiezas a sentir dolor o fatiga, tómate un descanso y descansa.
4. Utilice herramientas y técnicas de adaptación :Existen varias herramientas y técnicas de adaptación disponibles que pueden facilitar las tareas domésticas a las personas con AR. Por ejemplo, puede utilizar herramientas de mango largo para reducir la necesidad de agacharse y estirarse, o utilizar una silla de ducha para que el baño sea más seguro y cómodo.
5. Delegar y pedir ayuda :No dude en delegar tareas a otros miembros de su hogar o pedir ayuda a amigos, familiares o servicios profesionales si es necesario. Compartir la carga puede reducir la carga para usted y permitirle concentrarse en las tareas que puede realizar.
6. Controle sus síntomas :Asegúrese de controlar sus síntomas de AR de manera efectiva mediante medicamentos, ejercicio y otros tratamientos recetados por su médico. Los síntomas bien controlados le darán más energía y le facilitarán la realización de las tareas del hogar.
7. Tómate descansos y escucha a tu cuerpo :Presta atención a tu cuerpo y tómate descansos cuando los necesites. Si comienza a sentir dolor o fatiga, detenga la tarea y descanse hasta que se sienta mejor. Esforzarse demasiado puede empeorar sus síntomas y provocar contratiempos.
8. Recompénsate :Celebre sus logros y recompénsese por completar sus tareas. Este refuerzo positivo puede ayudarlo a motivarlo a continuar manejando las responsabilidades del hogar a pesar de los desafíos de la AR.
Recuerde que gestionar la AR es un viaje y habrá días buenos y días malos. Sea paciente consigo mismo y adapte sus estrategias según sea necesario para encontrar el mejor enfoque que funcione para usted.