En el contexto del estrés, ¿la otra cara de la moneda es un aumento?
El estrés puede experimentarse como positivo (alza) o negativo (desaceleración).
Elevaciones son factores estresantes positivos que pueden motivarnos y desafiarnos a crecer y prosperar. Ejemplos de mejoras incluyen obtener un ascenso en el trabajo, comenzar una nueva relación o mudarse a un nuevo país.
Desaceleraciones son factores estresantes negativos que pueden agotar nuestra energía y hacernos sentir abrumados y desanimados. Ejemplos de crisis incluyen perder el trabajo, divorciarse o sufrir una enfermedad grave.
Si bien los avances pueden ser positivos, también pueden convertirse en recesiones si nos estresamos o abrumamos demasiado. Por ejemplo, conseguir un ascenso en el trabajo puede ser emocionante, pero también puede generar mayor estrés y presión. De manera similar, comenzar una nueva relación puede ser maravilloso, pero también puede conllevar desafíos y factores estresantes.
Es importante ser consciente de las posibles caídas asociadas con los ascensos para que podamos gestionar nuestros niveles de estrés y evitar que se vuelvan negativos.
Además, también podemos intentar centrarnos en los aspectos positivos de las elevaciones y no dejar que nos consuman en su totalidad.