¿Por qué no tomar líquidos después de la cirugía?
Náuseas y vómitos :Ciertas cirugías, especialmente aquellas que involucran el abdomen o los intestinos, pueden aumentar el riesgo de náuseas y vómitos. El consumo de líquidos demasiado pronto después de la cirugía puede irritar el estómago y empeorar estos síntomas.
Aspiración :Cuando está bajo anestesia general durante la cirugía, sus músculos están relajados, incluidos los que controlan las vías respiratorias. Los líquidos tienen un mayor riesgo de ser inhalados accidentalmente hacia los pulmones (aspiración) durante o poco después de la cirugía. Esto puede provocar complicaciones graves, como neumonía y dificultad respiratoria.
Deshidratación :Si bien el agua y otros líquidos claros son importantes para la hidratación, usted recibirá líquidos directamente, generalmente a través de una vía intravenosa (IV), inmediatamente después de la cirugía. Los líquidos intravenosos ayudan a mantener su estado de hidratación sin las náuseas, los vómitos o la aspiración relacionados con el consumo de líquidos por vía oral.
Interfiriendo con la cirugía o las pruebas postoperatorias :Consumir alimentos o líquidos demasiado pronto después de la cirugía puede interferir potencialmente con el procedimiento quirúrgico o con cualquier prueba de seguimiento ordenada por su cirujano. Por ejemplo, algunas pruebas de diagnóstico requieren ayuno para obtener resultados precisos.
A medida que avanza el proceso de curación, su médico o dietista reintroducirá gradualmente líquidos y luego alimentos sólidos en su dieta según los tolere. Por lo general, se recomienda primero una dieta de líquidos claros, seguida de una dieta de líquidos completos y luego alimentos blandos antes de finalmente hacer la transición a una dieta regular. El cronograma para mejorar su dieta varía según su procedimiento quirúrgico y su recuperación individual. Siga siempre las recomendaciones de su cirujano o dietista con respecto a su dieta postoperatoria.