¿Qué es un artrograma?
Durante una artrografía, se inyecta un agente de contraste, que puede ser a base de yodo o de gadolinio, en el espacio articular afectado. A medida que el tinte de contraste llena la articulación, resalta las estructuras articulares, incluidas las superficies articulares, los ligamentos y los tendones. Esto permite la visualización de anomalías o lesiones dentro de la articulación.
Las artrografías generalmente se realizan para diagnosticar problemas articulares como:
Lesiones articulares :Los artrogramas pueden ayudar a detectar desgarros o lesiones en ligamentos, tendones o cartílagos dentro de la articulación.
Inflamación de las articulaciones :Las artrografías pueden ayudar a identificar afecciones inflamatorias como la artritis, donde se pueden observar hinchazón e inflamación.
Infecciones articulares :Las artrografías pueden ayudar a detectar infecciones articulares, ya que el medio de contraste puede revelar acumulaciones anormales de líquido o daño articular.
Cuerpos sueltos :Los artrogramas pueden ayudar a identificar fragmentos sueltos de hueso o cartílago dentro de la articulación, conocidos como cuerpos libres.
El procedimiento generalmente se realiza de forma ambulatoria y la inyección generalmente se administra con anestesia local para minimizar las molestias. Las artrografías a menudo se combinan con tomografía computarizada (CT) o resonancia magnética (MRI) para proporcionar imágenes más completas de la articulación.
Es importante que las personas que se someten a artrografías informen a su médico sobre cualquier alergia a los agentes de contraste o al yodo, ya que en tales casos es posible que sea necesario utilizar agentes de contraste alternativos.