¿Los humanos realizamos respiración anaeróbica?
Durante una actividad física intensa o cuando el suministro de oxígeno es limitado, como al correr o contener la respiración bajo el agua, el cuerpo humano puede cambiar temporalmente a la respiración anaeróbica para satisfacer las demandas de energía. Este proceso implica la descomposición de la glucosa, la principal fuente de energía del cuerpo, sin el uso de oxígeno.
La respiración anaeróbica produce energía a través de una serie de reacciones químicas que ocurren en el citoplasma de las células, específicamente en los músculos. La descomposición de la glucosa sin oxígeno conduce a la formación de ácido láctico como subproducto. La acumulación de ácido láctico puede causar fatiga y dolor muscular, que comúnmente se experimentan durante el ejercicio extenuante.
El cuerpo vuelve a convertir el ácido láctico en glucosa u otras fuentes de energía utilizables una vez que el oxígeno vuelve a estar disponible, por lo que una recuperación adecuada es esencial después de una actividad física intensa. En condiciones normales, con suficiente suministro de oxígeno, el cuerpo humano depende principalmente de la respiración aeróbica para generar energía de manera eficiente.