¿De dónde viene la energía que te permite respirar y pensar?

La energía que nos permite respirar y pensar proviene de los alimentos que comemos. Cuando comemos, los alimentos se descomponen en glucosa, que luego nuestras células convierten en energía. Esta energía se utiliza para impulsar todas nuestras funciones corporales, incluida la respiración y el pensamiento.

El proceso de convertir los alimentos en energía se llama respiración celular. La respiración celular tiene lugar en las mitocondrias de nuestras células. Las mitocondrias son pequeños orgánulos con forma de frijol que a menudo se denominan "centros energéticos de la célula".

Durante la respiración celular, la glucosa se descompone en dióxido de carbono y agua. La energía liberada por este proceso se captura en forma de ATP (trifosfato de adenosina). El ATP es una pequeña molécula que actúa como moneda de energía de la célula.

El ATP se utiliza para impulsar todas las actividades de la célula, incluyendo:

* Contracción muscular

* Transmisión de impulsos nerviosos

* Síntesis de proteínas

* División celular

* Y más

Sin ATP, la célula no podría funcionar. La respiración celular es esencial para la vida.

Además de la energía que obtenemos de los alimentos, también obtenemos algo de energía del sol. La energía del sol es captada por las plantas mediante la fotosíntesis. Las plantas utilizan esta energía para producir alimentos, que luego comemos. Entonces, en última instancia, la energía que nos permite respirar y pensar proviene del sol.