El término médico para un adulto que finge estar enfermo para llamar la atención pero no tiene a Munchausen por poder es trastorno ficticio impuesto a sí mismo. Este trastorno se caracteriza por un patrón de mentira o exageración repetida, deliberada y obvia de síntomas físicos o psicológicos en ausencia de cualquier causa orgánica o recompensa externa obvia. Las personas con este trastorno pueden presentar una variedad de síntomas, que incluyen dolor, problemas gastrointestinales, problemas neurológicos y problemas de salud mental. También pueden participar en comportamientos autodestructivos, como cortarse o quemarse, para llamar la atención. El tratamiento del trastorno facticio impuesto a uno mismo suele implicar psicoterapia, que puede ayudar a la persona a comprender las razones subyacentes de su comportamiento y desarrollar formas más saludables de afrontar el estrés y la búsqueda de atención.