¿Cómo se trata un pulgar dislocado?
1. Acción inmediata:
- Mantenga la calma y evalúe la situación.
2. Movimiento suave:
- Intenta mover suavemente el pulgar si es posible. Si se mueve sin dolor o resistencia significativa, es probable que se trate de un esguince, no de una dislocación.
3. Inmovilización:
- Apoyar el pulgar con la otra mano para mantenerlo en su sitio y evitar mayores movimientos.
4. Compresión de hielo:
- Aplique una bolsa de hielo envuelta en un paño fino en el área lesionada durante unos 15 a 20 minutos cada vez.
5. Busque ayuda profesional:
- Si el pulgar aparece deformado, hinchado, extremadamente doloroso o se niega a moverse, es fundamental buscar ayuda médica ya que puede tratarse de una dislocación o una fractura.
6. Evaluación del médico:
- Un médico valorará la lesión, verificará si se trata de una luxación y podrá solicitar radiografías para descartar fracturas.
7. Reducción:
- Si se trata de una dislocación, el médico intentará manipular (reducir) suavemente la articulación para devolverla a su posición adecuada. Esto se puede hacer con técnicas manuales.
8. Entablillado o yeso:
- Después de la reducción, se puede aplicar una férula, un aparato ortopédico o un yeso en el pulgar y la muñeca para brindar apoyo durante el proceso de curación.
9. Manejo del dolor:
- Se pueden tomar analgésicos de venta libre como ibuprofeno o naproxeno según las indicaciones para controlar el dolor y reducir la inflamación.
10. Atención de seguimiento:
- Es posible que sean necesarias citas de seguimiento con su médico para controlar la curación y garantizar una recuperación adecuada.
11. Rehabilitación:
- Una vez retirada la férula, se puede recomendar fisioterapia para restaurar gradualmente la amplitud de movimiento y fortalecer el pulgar.
Recuerde que el autotratamiento de un pulgar dislocado puede provocar complicaciones, por lo que es fundamental buscar asistencia médica profesional si sospecha una dislocación.