¿Cómo sabe la madre perro que debe arrancar el cordón umbilical con un mordisco?

Las madres perras muerden instintivamente el cordón umbilical de sus cachorros poco después del nacimiento para separarlos de la placenta. Este comportamiento está impulsado por una combinación de instintos maternos y factores biológicos:

1. Cambios hormonales :Después del parto, la madre perra experimenta una caída repentina en los niveles de progesterona. Este cambio hormonal desencadena una serie de comportamientos maternos, entre ellos morderse el cordón umbilical. Se ha demostrado que la progesterona inhibe el comportamiento materno, y las investigaciones han demostrado que la disminución de los niveles de progesterona está estrechamente asociada con la manifestación de comportamientos maternos en varios mamíferos, incluidos los perros.

2. Estimulación del cachorro :Los movimientos, el llanto y la lamida del abdomen del cachorro recién nacido proporcionan una estimulación táctil que la incita aún más a morder el cordón umbilical. Esta estimulación, combinada con la ausencia de señales inhibidoras de la placenta, anima a la madre a realizar las tareas necesarias para el cuidado del cachorro, como cortar el cordón umbilical e ingerir la placenta.

3. Marcado de olor :Morder el cordón umbilical también libera marcadores de olor, que ayudan a la madre a reconocer e identificar a sus cachorros. Este comportamiento de marcado olfativo contribuye a la formación del vínculo madre-cachorro y ayuda a la madre a diferenciar a sus cachorros de los demás de la camada.

4. Higiene :Morder el cordón umbilical ayuda a mantener la higiene eliminando la placenta y evitando que el muñón umbilical se infecte. La madre también puede lamer y limpiar al cachorro para eliminar los fluidos restantes del parto y promover la limpieza.

Es importante tener en cuenta que no todas las perras muerden el cordón umbilical. Algunos pueden instintivamente masticarlo limpiamente, mientras que otros pueden romperlo o dejar un pequeño muñón. Sin embargo, la gran mayoría de las madres caninas poseen este comportamiento innato, que juega un papel vital en la supervivencia y el bienestar de sus cachorros.