¿Cómo se ve afectado el hueso por el cáncer de piel?

Por lo general, el cáncer de piel no afecta directamente al hueso a menos que se haya diseminado a una etapa avanzada e invada los tejidos subyacentes, incluido el hueso. Sin embargo, ciertos tipos de cáncer de piel, como el carcinoma de células escamosas y el carcinoma de células de Merkel, pueden invadir tejidos más profundos y eventualmente llegar al hueso si no se tratan.

Cuando el cáncer de piel afecta al hueso, se lo denomina "metástasis ósea" o "metástasis ósea". Esto ocurre cuando las células cancerosas de la piel se diseminan al tejido óseo a través del torrente sanguíneo o el sistema linfático. Las metástasis óseas pueden provocar diversos síntomas, como:

- Dolor persistente en la zona afectada.

- Hinchazón o deformidades óseas

- Debilidad o fatiga

- Fragilidad ósea, aumentando el riesgo de fracturas.

- Síntomas neurológicos (si el tumor comprime la médula espinal o los nervios)

- Pérdida de peso o pérdida de apetito.

Los huesos más comúnmente afectados por la metástasis del cáncer de piel incluyen la columna vertebral, la pelvis, las costillas y los huesos largos como el fémur (hueso del muslo) y el húmero (hueso de la parte superior del brazo). Cuando el cáncer de piel se propaga al hueso, se convierte en una etapa más grave y avanzada de la enfermedad, que requiere enfoques de tratamiento especializados para controlar la propagación del cáncer y sus efectos en el hueso.

Si tiene cáncer de piel y experimenta síntomas que sugieren una posible afectación ósea, es fundamental consultar a su proveedor de atención médica o a un especialista para una evaluación oportuna y un tratamiento adecuado.