¿Por qué se debe utilizar quimioterapia en una mujer embarazada?

La quimioterapia no suele ser el tratamiento de primera línea para las mujeres embarazadas con cáncer. En general, la quimioterapia se evita durante el primer trimestre del embarazo debido al riesgo de teratogenicidad, que es la posibilidad de causar defectos de nacimiento. Sin embargo, en determinados casos, la quimioterapia puede ser necesaria para tratar cánceres agresivos o de rápida progresión que suponen un riesgo importante para la salud de la madre o la viabilidad del embarazo.

Cuando los riesgos potenciales para el feto son superados por los beneficios potenciales para la madre, los medicamentos de quimioterapia pueden usarse con cuidado y prudencia durante el segundo y tercer trimestre. La selección de agentes quimioterapéuticos se realiza teniendo en cuenta su posible impacto en el feto, y el momento y la dosis del tratamiento se ajustan para minimizar los riesgos.

Durante todo el embarazo, es esencial un seguimiento estrecho, que incluya atención prenatal periódica, evaluación del bienestar fetal mediante ecografías y otras pruebas de diagnóstico, y consultas continuas con especialistas en medicina materno-fetal, oncólogos y otros profesionales de la salud pertinentes.

Es importante tener en cuenta que la quimioterapia no se utiliza de forma rutinaria en mujeres embarazadas y sólo se considera cuando existe una necesidad médica imperiosa, equilibrando los riesgos y beneficios tanto para la madre como para el feto en desarrollo.