¿Qué sucede con la glucosa en el cuerpo de una persona con lesión de páncreas?
1. Hiperglucemia :La deficiencia de insulina o la producción reducida de insulina debido a una lesión del páncreas pueden causar niveles elevados de glucosa en sangre, una condición conocida como hiperglucemia. Dado que la insulina es responsable de facilitar la absorción de glucosa del torrente sanguíneo a las células, su deficiencia perjudica el transporte de glucosa. Esto puede provocar diversos síntomas, como aumento de la sed, micción frecuente, fatiga y pérdida de peso.
2. Utilización alterada de la glucosa :Sin la insulina adecuada, las células no pueden absorber eficazmente la glucosa del torrente sanguíneo para producir energía. Esto puede provocar la acumulación de glucosa en la sangre mientras las células del cuerpo experimentan falta de energía, lo que provoca fatiga, debilidad y hambre.
3. Producción de cetonas :Cuando la glucosa no se puede utilizar de manera eficiente debido a una deficiencia de insulina, el cuerpo comienza a descomponer la grasa almacenada para obtener energía. Este proceso produce cetonas, que pueden acumularse en el torrente sanguíneo y provocar una afección llamada cetoacidosis. La cetoacidosis puede provocar complicaciones graves si no se trata.
4. Glucosuria :El exceso de glucosa en el torrente sanguíneo puede pasar a la orina, una condición conocida como glucosuria. Esto ocurre cuando los riñones no pueden reabsorber toda la glucosa filtrada debido a una alteración de la señalización de la insulina. La glucosuria contribuye a la pérdida de agua y electrolitos a través de la orina, exacerbando aún más la deshidratación y los desequilibrios electrolíticos.
5. Aumento de la osmolalidad sanguínea :Los niveles altos de glucosa en sangre pueden aumentar la presión osmótica de la sangre, lo que provoca cambios de líquido de las células al compartimento extracelular. Esto puede provocar deshidratación y afectar el funcionamiento de diversos órganos y tejidos.
En general, la lesión del páncreas puede tener efectos profundos sobre el metabolismo de la glucosa, lo que lleva a hiperglucemia, alteración de la utilización de la glucosa, producción de cetonas, glucosuria y aumento de la osmolalidad sanguínea. La atención médica inmediata y el control adecuado de los niveles de glucosa en sangre son cruciales para prevenir complicaciones graves.