¿Cuál es la mejor prueba para el cáncer de tiroides?

Biopsia por aspiración con aguja fina (PAAF):esta es la prueba más común utilizada para diagnosticar el cáncer de tiroides. Implica el uso de una aguja fina para extraer una pequeña muestra de células del nódulo tiroideo para examinarla con un microscopio.

Ultrasonido:esta prueba de imágenes utiliza ondas sonoras para crear imágenes de la glándula tiroides y puede ayudar a determinar el tamaño, la ubicación y las características de los nódulos tiroideos.

Pruebas de función tiroidea:estos análisis de sangre miden los niveles de hormonas tiroideas y de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) para evaluar la función de la glándula tiroides.

Exploración de la captación de yodo radiactivo:esta prueba de imágenes utiliza una pequeña cantidad de yodo radiactivo para evaluar la función y la estructura de la glándula tiroides y puede ayudar a identificar los nódulos tiroideos que tienen más probabilidades de ser cancerosos.

Biopsia:si los resultados de la biopsia FNA no son concluyentes o sugieren cáncer, se puede recomendar una biopsia más extensa, como una biopsia con aguja gruesa o una biopsia quirúrgica, para obtener una muestra más grande de tejido para su examen.

Pruebas genéticas:en algunos casos, se pueden recomendar pruebas genéticas para identificar mutaciones genéticas específicas asociadas con el cáncer de tiroides, particularmente en casos de cáncer de tiroides familiar o ciertos tipos de cáncer de tiroides.