¿Cuál es la temperatura corporal cuando se enferma?
Durante una enfermedad, el sistema inmunológico del cuerpo produce y libera sustancias llamadas pirógenos, que provocan un aumento de la temperatura corporal. Esta elevación de temperatura ayuda a inhibir el crecimiento y la reproducción de bacterias y virus, ya que muchos patógenos prosperan a temperaturas más bajas. Al crear un ambiente más cálido, el cuerpo trabaja para incapacitar o incluso matar los microorganismos dañinos.
Además, una temperatura corporal más alta puede acelerar los procesos metabólicos, lo que lleva a una mayor circulación sanguínea y una mayor actividad de las células inmunitarias. Esto ayuda a distribuir recursos vitales y células defensivas a las áreas afectadas de manera más eficiente, promoviendo una curación y reparación de tejidos más rápida.
En general, se considera que una persona tiene fiebre cuando su temperatura corporal alcanza o supera los 100,4 grados Fahrenheit (38 grados Celsius). Sin embargo, el rango específico de temperatura de la fiebre puede variar según las circunstancias individuales y las condiciones subyacentes.
Es importante señalar que, si bien la fiebre puede ser un signo de enfermedad, suele ser una respuesta normal a la infección. Sin embargo, si la fiebre aumenta demasiado o persiste durante un período prolongado, es fundamental buscar atención médica, especialmente en el caso de bebés o personas con sistemas inmunitarios debilitados.