En la mayoría de los casos, no. La Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA) protege a las personas con discapacidades de la discriminación en el empleo. La artritis se considera una discapacidad según la ADA si limita sustancialmente una actividad importante de la vida, como la capacidad de caminar, levantar objetos o sentarse. Si un empleado no puede trabajar debido a su artritis, el empleador debe proporcionar adaptaciones razonables que le permitan seguir realizando su trabajo. Por ejemplo, es posible que el empleador deba proporcionar un horario de trabajo flexible, una estación de trabajo modificada o dispositivos de asistencia. Si el empleado no puede realizar su trabajo con adaptaciones razonables, el empleador puede rescindir su empleo. Sin embargo, el empleador debe demostrar que no podía adaptarse a la discapacidad del empleado sin sufrir dificultades excesivas.