Se necesita una fuerza de aproximadamente 100 libras (45 kilogramos) para romper el codo de un adulto. Esto puede suceder de diversas formas, como caerse con el brazo extendido o ser golpeado por un objeto pesado. En los niños, el codo es más vulnerable a sufrir lesiones porque los huesos aún se están desarrollando y los ligamentos están más débiles.