¿Qué efecto tiene el asma sobre la presión arterial?
Sin embargo, determinadas situaciones relacionadas con el asma o su tratamiento pueden afectar indirectamente a la presión arterial:
1. Beta-agonistas: Los medicamentos para el asma de uso común, como los betaagonistas de acción corta (p. ej., albuterol, levalbuterol) o los betaagonistas de acción prolongada (p. ej., salmeterol, formoterol), pueden provocar un aumento transitorio de la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Este efecto suele ser temporal y se resuelve una vez que desaparece el efecto del medicamento.
2. Corticosteroides sistémicos: En casos graves de asma, se pueden recetar corticosteroides orales o intravenosos para reducir la inflamación. Las dosis altas de corticosteroides sistémicos pueden provocar retención de líquidos, lo que puede provocar un aumento de la presión arterial. Sin embargo, este efecto suele observarse con el uso prolongado de corticosteroides en dosis altas y no con las dosis habituales utilizadas para el tratamiento del asma.
3. Esfuerzo físico: Durante un ataque de asma o una actividad física intensa, puede haber un aumento de tensión en el corazón y el sistema circulatorio. Esta cepa puede elevar temporalmente la presión arterial debido a la mayor demanda de oxígeno y nutrientes del cuerpo.
4. Ansiedad y estrés: Los propios ataques de asma, o el miedo a un ataque inminente, pueden provocar sentimientos de ansiedad y estrés. El estrés emocional puede provocar un aumento temporal de la presión arterial.
Si tiene asma y le preocupa cómo puede afectar su presión arterial, es una buena idea hablarlo con su médico. Pueden controlar su presión arterial con regularidad y ayudarlo a controlar cualquier impacto potencial relacionado con su asma o su tratamiento.