¿Qué es el autismo de bajo funcionamiento?
Interacción social: Las personas con LFA pueden tener dificultades para comprender las reglas y normas sociales de su entorno. Es posible que no puedan reconocer señales sociales, como las expresiones faciales o el lenguaje corporal, y que tengan dificultades para comprender las perspectivas de los demás. Esto puede dificultarles la formación y el mantenimiento de relaciones con sus compañeros.
Comunicación verbal y no verbal: Las personas con LFA pueden tener dificultades para comprender y producir el lenguaje hablado. Es posible que tengan un vocabulario limitado y que tengan dificultades con la gramática y la sintaxis. También pueden tener dificultades con la comunicación no verbal, como los gestos, las expresiones faciales y el lenguaje corporal.
Comportamientos repetitivos o estereotipados: Las personas con LFA pueden tener comportamientos repetitivos o estereotipados, como balancearse hacia adelante y hacia atrás, agitar las manos o repetir palabras o frases. Estos comportamientos pueden ser una forma de controlar el estrés o la ansiedad, o pueden ser una forma de expresarse.
La LFA es un trastorno complejo y los síntomas pueden variar ampliamente de persona a persona. Algunas personas con LFA pueden vivir de forma independiente y trabajar en un empleo con apoyo, mientras que otras pueden necesitar un apoyo significativo en todos los aspectos de sus vidas.
Tratamiento para el autismo de bajo funcionamiento
El tratamiento para el trastorno del espectro autista (LFA) de bajo funcionamiento varía según las necesidades específicas del individuo. Algunos tratamientos comunes incluyen:
Terapia del habla: La terapia del habla puede ayudar a las personas con LFA a desarrollar sus habilidades lingüísticas. Esto puede incluir aprender a comprender y producir el lenguaje hablado, así como aprender a utilizar la comunicación no verbal.
Terapia ocupacional: La terapia ocupacional puede ayudar a las personas con LFA a desarrollar las habilidades que necesitan para realizar las tareas cotidianas, como el cuidado personal, vestirse y comer. Los terapeutas ocupacionales también pueden ayudar a las personas con LFA a adaptar su entorno para que les resulte más fácil funcionar.
Fisioterapia: La fisioterapia puede ayudar a las personas con LFA a mejorar sus habilidades motoras gruesas y finas. Esto puede incluir ejercicios para fortalecer sus músculos, mejorar su coordinación y ayudarlos a caminar o moverse más fácilmente.
Terapia conductual: La terapia conductual puede ayudar a las personas con LFA a aprender nuevos comportamientos y reducir los comportamientos problemáticos. Esto puede incluir refuerzo positivo, como elogios o recompensas, y refuerzo negativo, como el tiempo fuera.
Medicamentos: Se pueden recetar medicamentos para ayudar a las personas con LFA a controlar sus síntomas. Esto puede incluir medicamentos para tratar la ansiedad o la depresión, medicamentos para mejorar la atención y la concentración o medicamentos para reducir la hiperactividad.