¿Cuál es su recuento sanguíneo para necesitar una transfusión?

La decisión de cuándo es necesaria una transfusión de sangre depende de varios factores, incluidos los síntomas del paciente, la afección médica y la causa subyacente del recuento sanguíneo bajo. Generalmente, se consideran las transfusiones de sangre cuando los niveles de hemoglobina de una persona caen por debajo de ciertos umbrales. La hemoglobina es una proteína de los glóbulos rojos que transporta oxígeno por todo el cuerpo.

Para los adultos, un nivel de hemoglobina de 7 a 8 gramos por decilitro (g/dL) a menudo se considera el umbral para necesitar una transfusión de sangre. Sin embargo, esto puede variar según las circunstancias individuales. Por ejemplo, los pacientes con anemia crónica o determinadas afecciones médicas pueden tolerar niveles más bajos de hemoglobina sin experimentar síntomas ni complicaciones.

En casos de pérdida aguda de sangre, como por ejemplo por una lesión traumática o una cirugía, se puede utilizar un umbral de hemoglobina más alto para determinar la necesidad de una transfusión. Esto se debe a que la pérdida aguda de sangre puede provocar una caída rápida de los niveles de hemoglobina, lo que puede provocar síntomas de anemia y posibles complicaciones.

Es importante tener en cuenta que las transfusiones de sangre no siempre son necesarias, incluso si los niveles de hemoglobina de una persona están por debajo de los umbrales típicos. La decisión de realizar una transfusión de sangre la toma un profesional de la salud después de considerar el estado general y las circunstancias específicas del individuo.