¿Qué hizo que la gente pensara que el sangrado era un tratamiento eficaz para la enfermedad?

La sangría fue una práctica común en medicina durante siglos y se basaba en la creencia de que la enfermedad era causada por un desequilibrio de los cuatro humores:sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. Según esta teoría, un exceso de sangre podría provocar diversos problemas de salud, como fiebre, inflamación y dolor. Se pensaba que extrayendo sangre del cuerpo se podía corregir el desequilibrio y curar la enfermedad.

La práctica del derramamiento de sangre se remonta a la antigua Grecia y Egipto, y se practicó ampliamente en Europa hasta el siglo XIX. A menudo se usaba para tratar una variedad de afecciones, incluidos dolores de cabeza, fiebre e incluso enfermedades mentales. En algunos casos, la sangría se utilizaba incluso como medida preventiva, para mantener una buena salud y evitar que se produjeran enfermedades.

Se utilizaron varios métodos diferentes para la sangría, incluida la venesección, las sanguijuelas y las ventosas. La venesección era el método más común e implicaba cortar una vena en el brazo o la pierna y permitir que la sangre fluyera. Las sanguijuelas también se usaban para extraer sangre, se aplicaban sobre la piel y se dejaba chupar sangre hasta que se llenaban. Las ventosas implicaban colocar tazas calientes sobre la piel, lo que creaba un vacío que atraía sangre a la superficie.

Si bien el derramamiento de sangre alguna vez fue una práctica común, ahora se reconoce que es ineficaz y dañina. De hecho, la sangría puede empeorar algunas afecciones médicas y provocar complicaciones graves como anemia, infección e incluso la muerte. Hoy en día, la sangría sólo se utiliza en casos muy raros, como cuando una persona tiene demasiado hierro en la sangre.