Cuando la sangre pasa por las células del cuerpo, ¿qué hacen?

Las células del cuerpo absorben oxígeno y nutrientes de la sangre y liberan dióxido de carbono y otros productos de desecho.

La sangre es un líquido que circula por todo el cuerpo y transporta oxígeno, nutrientes y productos de desecho hacia y desde las células. Cuando la sangre pasa por las células del cuerpo, estas utilizan el oxígeno y los nutrientes de la sangre para producir energía y llevar a cabo otras funciones esenciales. Las células también liberan dióxido de carbono y otros productos de desecho en la sangre, que luego se transportan a los pulmones y los riñones para su eliminación del cuerpo.

El intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre la sangre y las células del cuerpo se produce en los capilares, que son pequeños vasos sanguíneos que conectan las arterias con las venas. Las paredes de los capilares son muy delgadas, lo que permite la fácil difusión de oxígeno y dióxido de carbono entre la sangre y los tejidos circundantes.

El proceso de intercambio de oxígeno y dióxido de carbono es esencial para la supervivencia de las células del cuerpo. Sin oxígeno, las células no podrían producir energía y eventualmente morirían. Sin la eliminación del dióxido de carbono, las células se volverían ácidas y eventualmente también morirían.

La circulación de la sangre por todo el cuerpo es un proceso continuo que asegura que todas las células tengan el oxígeno y los nutrientes que necesitan para funcionar correctamente.